En los últimos años, el cambio climático ha exacerbado los desastres naturales, como huracanes y tormentas, y las empresas han mostrado una preparación insuficiente para enfrentar estos fenómenos. El artículo destaca que los daños por desastres naturales, como los huracanes John, Otis, Helene y Milton, han generado enormes pérdidas económicas y sociales. Ejemplos incluyen Acapulco, donde el huracán John empeoró la crisis que ya existía tras el huracán Otis. Las pérdidas económicas son inmensas, con afectaciones por más de 50 millones de pesos en Acapulco, mientras que en Estados Unidos, las primas de seguros en Florida y California se han vuelto inasequibles debido a los crecientes riesgos climáticos.
El Marco de Sendai, adoptado en 2015, establece un enfoque global para la reducción del riesgo de desastres, subrayando la necesidad de gobernanza y preparación, pero las empresas parecen estar rezagadas en su implementación. A nivel corporativo, se subraya la falta de conocimiento y preparación en los directorios de las empresas, lo que limita su capacidad para gestionar los riesgos asociados al cambio climático. Además, los efectos climáticos están afectando las cadenas de suministro globales, especialmente en sectores como la tecnología y la manufactura de semiconductores.
Autor: ExpokNews
Fecha de publicación: 14 de octubre de 2024
Palabras clave: cambio climático, empresas, desastres naturales, estrategias, tecnología.
Comparación
El artículo resalta puntos similares a otros estudios recientes sobre cambio climático y desastres. Por ejemplo, muchos informes de sostenibilidad, como los de Sustainable Brands, concuerdan en que las empresas deben fortalecer sus planes de resiliencia climática. Además, se refuerza lo que han señalado instituciones financieras, como el Foro Económico Mundial, en cuanto a que los riesgos ambientales encabezan la lista de amenazas globales en la próxima década. Un aspecto distintivo de este artículo es la comparación directa entre las situaciones de México y Estados Unidos, que aunque enfrentan retos similares, también presentan diferencias en cuanto a las estrategias de financiamiento y seguros para la recuperación.
Conclusión
El creciente impacto de los desastres naturales, impulsados por el cambio climático, exige que las empresas adapten sus estrategias a las nuevas realidades. Esto implica aumentar la preparación ante riesgos, invertir en resiliencia y sostenibilidad, y reformar la gobernanza interna. Las empresas deben tomar en cuenta que ignorar estos riesgos no solo pone en peligro su estabilidad financiera, sino también la de las comunidades y los mercados en los que operan. Las iniciativas como el Marco de Sendai son vitales, pero su éxito dependerá de la adopción activa y adaptativa de sus principios por parte del sector privado.
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